Parecidos a los perros pero con un sinfín de diferencias, los lobos son unos de los cánidos más fascinantes y misteriosos que existen. Te contamos cinco curiosidades sobre ellos que seguro desconocías y que te sorprenderán.
Capacidad de adaptación
Junto con el ser humano, el lobo es el animal que mejor se adapta a distintas condiciones climáticas, lo que le ha permitido vivir en varias zonas geográficas.
Para ello, han adaptado sus características físicas con el paso de los años. En este sentido, se han encontrado ejemplares de más de 80 kilos de peso, con huellas de 13 centímetros de largo por 10 de ancho, registros de récord hasta la fecha.
Sentidos muy desarrollados
El lobo tiene todos los sentidos tremendamente desarrollados. Su olfato y su oído son extremadamente agudos, lo que les permite cazar de noche y de día. Por ejemplo, son capaces de percibir la caída de una hoja y los aullidos de otros lobos a grandes distancias. Además, su retina es especial, puesto que esta puede captar mayor cantidad de luz en ambientes muy oscuros.
Cazador innato
El lobo tiene una técnica de caza muy especial. Puede llegar a perseguir a su presa durante muchos kilómetros, lo que provoca el agotamiento de su víctima. Sin duda, aprovecha su capacidad de resistencia para lograr su objetivo, a pesar de no ser un depredador de gran tamaño o enorme velocidad.
La rabia
Si un lobo contrae la rabia sus habilidades se ven tremendamente aumentadas. En concreto, su velocidad y actitud de depredador frente a sus presas. Además, se vuelve mucho más agresivo con los humanos, convirtiéndose en un verdadero peligro.
El mito probado
Tradicionalmente, el lobo de pelo negro aparecía en las peores pesadillas de muchos lugareños que veían en este animal un mito oscuro y siniestro. Más allá de posibles leyendas, un estudio realizado en 2008 reveló que el color oscuro de su pelaje respondía a una variación en el melanoma como consecuencia del antiguo cruce de lobos grises con perros domésticos.