Las uñas son una de las partes más importantes de la anatomía del gato. Para mantenerlas en buen estado hay que cortarlas cada dos o tres semanas aproximadamente. Pero no siempre es fácil, ya que la mayoría de los mininos odian este proceso. Para ayudarte te contamos cómo hacerlo paso a paso.
Las herramientas adecuadas
En primer lugar, debes hacerte con el cortaúñas adecuado. Existen varios tipos: de guillotina, de tijera, de alicate… Todos son válidos mientras sean afilados y de alta calidad. Para elegir el modelo más apto para tu gato, lo más recomendable es consultarlo con el veterinario.
Por otro lado, te vendrá bien contar con un lápiz estíptico que ayude a cauterizar los vasos sanguíneos en caso de que haya sangrado. Puedes encontrarlo en cualquier farmacia.
Preparación previa
La clave está en lograr que la experiencia resulte agradable para el animal. Para ello, lo mejor es elegir un momento en el que esté relajado y comenzar a acariciarle. Hay que prestar especial atención a las patas, masajeándolas suavemente.
Localiza el hiponiquio
Para cortar en el punto correcto, debes saber lo que es el hiponiquio. Es un tejido blando que se encuentra en la base de la uña y que ayuda al gato a prevenir infecciones. Lo distinguirás porque es similar a un pequeño triángulo rosa. Si tienes dudas, puedes verlo mejor al trasluz.
Comienza a cortar por el extremo
Con el pequeño tumbado sobre tu regazo, sujeta una de sus patas con una mano, presionando en la parte superior e inferior al mismo tiempo para hacer que extienda los dedos. Utiliza la otra mano para cortar.
Una vez te hayas asegurado de que el animal no se va a mover, puedes comenzar a cortar. Es mejor empezar por los extremos de las uñas e ir acercándose a la base poco a poco, sin llegar nunca a tocar el hiponiquio.
El veterinario también es una opción
Recuerda que lo más importante es el bienestar de tu gato, por lo que si te sientes inseguro a la hora de cortarle las uñas o no te ves capaz de hacerlo, lo mejor será que recurras al veterinario.
