La cebra es un animal especialmente llamativo gracias a su fuerza, belleza, y sobre todo a sus rayas blancas y negras. Y no sólo eso, sino que también cuentan con cualidades de lo más asombrosas. Te ofrecemos algunos datos curiosos sobre este sorprendente mamífero.
Gran agudeza visual
Aunque ambos animales no se parezcan en nada, podríamos decir que las cebras tienen ‘vista de lince’. La posición de sus ojos les permite abarcar un campo visual muy amplio; además, se cree que pueden ver los mismos colores que los seres humanos, pueden identificar objetos a grandes distancias y ven muy bien en la oscuridad. Su oído y su olfato también están muy desarrollados.
Alta velocidad
A pesar de su gran peso (alrededor de 300 kilos), las cebras pueden alcanzar los 65 kilómetros por hora. Además, mantienen una fantástica agilidad, siendo realmente expertas en correr en zigzag. Esto, unido a su excelente capacidad de camuflaje, las convierte en una presa difícil para sus depredadores.
Indomables
La cebra siempre ha sido y siempre será salvajemente indomable. Nadie ha podido domesticarla jamás, y es que tiene un carácter muy agresivo. No duda en defenderse ni en acorralar a su rival mediante fuertes coces y mordiscos. No admite que nadie se le acerque si no lo desea.
Duermen de pie
Las patas de estos animales son muy musculosas y fuertes, por lo que al igual que los caballos, duermen de pie. Pero sólo durante el día; durante la noche, suelen tumbarse en el suelo si se aseguran que no hay peligros a su alrededor.
Enigmáticas rayas
El cuerpo de las cebras es negro, repleto de rayas blancas que convierten a la cebra en un animal único. Estas cumplen la doble función de camuflaje y protección, pues al ser daltónicos los felinos, pueden confundirse fácilmente entre la vegetación.
Por otro lado, al ir siempre unidas, confunden fácilmente al depredador, despistándole mediante fuertes efectos ópticos. Además, ayuda al animal a regular su temperatura y forman patrones únicos que permiten distinguir a cada individuo.