Pasear en bicicleta en compañía de nuestro perro puede ser un plan muy divertido, pero para que él lo disfrute tanto como nosotros debemos seguir unas pautas básicas.
Preparar su primer contacto con la bici
Es conveniente dejarle olisquear la bicicleta para que se familiarice con ella. Al principio puede resultarle un vehículo extraño, por eso es fundamental darle tiempo para que la reconozca y no forzarle a que la acepte.
Elegir una correa adecuada
Existen correas específicas para perros ciclistas, que incluyen una parte rígida para evitar que la tira se enrede entre los radios de las ruedas.
Llevar siempre agua fresca
En ningún momento del trayecto debe faltar agua para nuestro amigo de cuatro patas. Podemos enseñarle a beber de nuestra mano o en un recipiente especial para mascotas, un complemento fácilmente portable en la bici.
En la ciudad: el perro siempre al lado derecho
Muchas ciudades disponen de carriles bici o parques adaptados al paseo en bicicleta. El animal debe ir siempre a nuestra derecha durante todo el recorrido, puesto que es la forma de protegerle del tráfico que transita por la izquierda.
Primeras pedaladas
Es recomendable que los primeros paseos sean de corta distancia y a poca velocidad, para que nuestro perro se acostumbre al ejercicio acompañado de la bici. Debemos asegurarnos de que esté tranquilo y no se sienta fatigado. Si jadea excesivamente, será señal de que debemos parar de inmediato. Si todo va bien, podremos aumentar la duración y la velocidad de la marcha paulatinamente.
No apto para todos
Aunque adoptemos todas estas medidas, tenemos que ser conscientes de que no todos los perros pueden realizar este tipo de ejercicio: canes con problemas de salud, razas con hocicos chatos que dificultan su respiración, animales demasiado pequeños o con sobrepeso, etc.
