Suele creerse que el hámster es una mascota de fácil cuidado, que sólo necesita una jaula y alimento para ser feliz. Pero nada más lejos de la realidad. Este animal, al igual que cualquier otra mascota, puede caer enfermo, y en ese caso es primordial la atención veterinaria. Te contamos cuáles son las enfermedades que pueden afectar a tu hámster y cómo tratarlas.
Enfermedad de la cola mojada
Este nombre tan extraño hace referencia a la ileitis proliferativa, una infección estomacal que provoca que el hámster tenga una especie de diarrea de color blanquecino. Como su nombre indica, esta secreción es tan intensa que hace que la cola del animal permanezca mojada. Necesita atención veterinaria inmediata, pues podría deshidratarse rápidamente. Además, ocasiona un fuerte dolor abdominal.
Es una enfermedad muy contagiosa, por lo que es importante aislar al animal infectado. Asimismo, hay que desinfectar la jaula y todos sus componentes. El tratamiento para acabar con ella suele basarse en antibióticos.
Ácaros y hongos
Estos pequeños enemigos pueden crear verdaderos problemas en la salud de este roedor. Los ácaros y los hongos producen picores excesivos, eccemas, costras y otras irritaciones cutáneas. Pueden deberse a una infección bacteriana, un fallo el sistema inmunitario o la falta de higiene. El tratamiento suele administrarse por vía oral y depende del tipo de parásito u hongo que ataque al roedor.
Diabetes
El hámster presenta una predisposición genética a desarrollar esta enfermedad, común también entre los seres humanos. En ese caso, el pequeño presentará una fuerte apatía, somnolencia y un gran aumento de la sed. La diabetes necesita ser controlada mediante visitas frecuentes al veterinario y combatida mediante ejercicio y una dieta equilibrada.
Abscesos
Los abscesos son bultos subcutáneos llenos de pus que pueden tener su origen en infecciones bacterianas, cortes, mordeduras y otros rasguños. Son de color rojizo y dolorosos, y suelen requerir una pequeña intervención veterinaria. En la mayoría de los casos bastará con abrirlo y limpiar bien la zona, aunque también pueden ser necesarios los antibióticos.
Resfriado
El hámster tiende a resfriarse, lo que ocasiona lagrimeo, estornudos, dificultades respiratorias, inapetencia e incluso temblores. Es fundamental actuar rápido, pues de lo contrario, el resfriado podría derivar en una neumonía o una bronquitis. El veterinario administrará medicamentos para frenar los síntomas y recomendará reposo en un lugar cálido y seco.
Irritaciones oculares
Las irritaciones oculares son muy comunes en el hámster, debido sobre todo a la forma y posición de sus ojos, muy expuestos al exterior. Cualquier rasguño e incluso la presencia de polvo pueden dañarlos. Lo más habitual en estos casos es que el veterinario recomiende administrar un colirio y, si existe infección, la toma de antibióticos.