La ninfa es una de las aves domésticas más comunes, pero también una de las más desconocidas. Esto supone un problema a la hora de darle los cuidados que necesita para mantener su salud a raya. Por ello conviene informarse bien sobre las enfermedades que puede sufrir y sus tratamientos.
Buche agriado
A veces la ninfa no digiere bien toda la comida y parte de ella queda acumulada en su buche. Esto da lugar a una infección que produce hinchazón en la zona y un olor desagradable. Este problema requiere la ayuda de un veterinario, que extraerá la comida alojada en el buche y si lo cree conveniente, administrará algunos medicamentos.
Oclusión ovárica
Sólo afecta a las hembras. Se produce cuando no pueden expulsar por completo un huevo y queda atrapado en su vientre, que se hincha rápidamente. Esto ocasiona un fuerte dolor en el animal. En este caso hay que acudir cuanto antes a un especialista, ya que puede ser mortal.
Psitacosis
Es muy grave y se presenta en forma de diarrea, neumonía, somnolencia e infección. Se produce por contagio o por falta de higiene en el entorno de la ninfa. Puede contagiarse a las personas, en cuyo caso los síntomas son similares a los de una gripe. Si no se trata a tiempo, las consecuencias pueden ser nefastas.
Resfriado común
Los síntomas son los clásicos de cualquier resfriado: estornudos, inapetencia, dificultades respiratorias, etc. La solución es muy sencilla. Bastará con la administración de algunas vitaminas y si el veterinario lo cree conveniente, determinados medicamentos.
Ácaros
Los ácaros son muy peligrosos para la salud de la ninfa, ya que extraen su sangre y hacen que su sistema inmunológico se debilite. Además, pueden transmitirse fácilmente a las personas. Afortunadamente, existen muchas opciones para acabar con ellos, aunque debes consultarlo siempre con un profesional.