Al igual que cualquier otro animal, los gatos necesitan cuidados especiales durante sus primeras semanas de vida. Una cuestión vital para su supervivencia es la alimentación. Por ello, te explicamos paso a paso cuál es la dieta ideal para un minino recién nacido.
Nada reemplaza a su madre
Para empezar, debemos dejar claro que el mejor alimento para un gato recién nacido es la leche materna. Esta contiene todos los nutrientes que necesita, por no hablar de que los cuidados de su madre le ayudan a desarrollar una correcta socialización.
Por todo ello, hay que dejar que la madre alimente a sus cachorros durante sus 12 primeras semanas de vida.
Leche artificial para gatos huérfanos
De no ser posible porque el gatito sea huérfano o haya sido abandonado, habrá que recurrir a la leche artificial. Pero no vale cualquiera. Ha de ser una buena sustituta del calostro, que es la sustancia que produce la madre durante las primeras 24 a 72 horas de lactancia. Después, comienza a segregar la leche.
Puedes encontrar leche artificial adecuada en las tiendas especializadas en animales. En ningún caso debes recurrir a leche de vaca u otros animales, ya que podrías dañar gravemente su tracto digestivo.
Qué biberón usar
Hay que utilizar un biberón especialmente diseñado para gatos, ya que el agujero de su tetina es muy pequeño. A la hora de darle la leche, hay que coger en brazos al gatito boca arriba, siempre en posición diagonal. Es importante que llegue todo el líquido a la tetina para evitar que trague aire.
Cantidad por peso
Los gatos recién nacidos comienzan tomando pequeñas dosis de leche durante su primera semana de vida, para después ir aumentándolas progresivamente. Esta serían unas cifras aproximadas:
– Primera semana: 13 mililitros de leche por 100 gramos de peso.
– Segunda semana: 17 mililitros de leche por 100 gramos de peso.
– Tercera semana: 20 mililitros de leche por 100 gramos de peso.
– Cuarta semana: 22 mililitros de leche por 100 gramos de peso.
Tomas y temperatura
Se aconseja repartir estas cantidades en cuatro u ocho dosis diarias, con una separación de tres a seis horas entre ellas. Conforme vaya cumpliendo semanas, estas tomas pueden espaciarse más.
Respecto a la temperatura, la leche debe estar tibia, al igual que la leche materna. Lo ideal es que ronde los 37 o 38ºC.
Favorece la evacuación
Después de cada toma debes llevar al pequeño a su caja de arena y masajear su tripa muy suavemente, haciendo movimientos circulares. Así le ayudas a evacuar, tal y cómo haría su madre.
Introducir alimento sólido
Una vez el pequeño comience su quinta semana de vida, puedes empezar a introducir alimento húmedo especial para cachorros. Más adelante, en base a lo que recomiende el veterinario, podrás añadir pienso sólido progresivamente.
La importancia del veterinario
Insistimos en la importancia que tiene consultar todo esto con el veterinario. Él sabrá guiarte mejor que nadie sobre la alimentación y los demás cuidados que necesita el recién nacido. No escatimes en gastos y acude habitualmente a una clínica de confianza para asesorarte. Recuerda que el bienestar de tu minino es lo prioritario.