La agresividad, el cerebro creciente y otros mitos sobre el pitbull

Durante las últimas décadas, el pitbull ha sido víctima de numerosos mitos. Su reputación de perro ‘potencialmente peligroso’ le ha llevado a ser temido por muchos. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto? La verdad es que muy poco. Desmentimos algunas de estas falsas creencias.

Es agresivo por naturaleza
Es uno de los mitos más extendidos, pero la realidad es que la agresividad no depende de la raza. El pitbull es como cualquier otro perro. Su carácter depende de la educación que le demos. De hecho, puede ser muy sociable y cariñoso.

Es un perro de pelea
Que el pitbull haya sido utilizado tradicionalmente como perro de pelea no quiere decir que sea conflictivo. Todo depende de su tipo de adiestramiento. Es más, cuando es entrenado debidamente, puede realizar trabajos de búsqueda y rescate con gran eficacia.

Sus mandíbulas se bloquean
Muchos creen que las mandíbulas del pitbull se bloquean cuando muerde. Es decir, que una vez las cierra, no puede volver a abrirlas. Nada más lejos de la realidad. Su mordida es exactamente igual a la de las otras razas.

Su cerebro crece hasta presionar el cráneo
También asociado al rottweiler y al cocker, es un mito tan absurdo como falso. Se dice que su cerebro crece más de lo que permite su cráneo, lo que da lugar a problemas de comportamiento. Si esto fuera cierto, el perro moriría.

Es la raza que más ataca
A menudo escuchamos noticias sobre ataques de pitbulls, pero esto no demuestra que sean más frecuentes que las agresiones de otros canes. Esta creencia se debe a una simple cuestión de estadística, ya que esta raza es muy común y por tanto, es lógico que protagonice un mayor número de incidentes.

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