La ninfa es una de las aves más comunes como mascota, gracias sobre todo a su bello aspecto. Pero antes de acoger a una de estas pequeñas en casa debemos informarnos bien sobre sus cuidados. En este caso nos centramos en su alimentación, ya que existen muchos falsos mitos sobre la nutrición de este animal.
Mixtura de semillas
En un estado natural las ninfas se alimentan de insectos, semillas, frutos y flores. En cautiverio su alimentación debe basarse en mixturas de semillas como mijo, alpiste, avena, trigo, lino y arroz, a la venta en las tiendas de mascotas. Cuanto más variada sea la mezcla, más nutrientes contendrá. Eso sí, hay que asegurarse de que no contenga muchas calorías.
Verduras y frutas
Las verduras y las frutas también forman una parte importante de la alimentación de la ninfa, pues le aportan vitaminas y minerales esenciales para su salud. En cuanto a las verduras, debemos ofrecérselas crudas; las permitidas son lechuga, espinaca, acelga, canónigos, rúcula y apio.
La fruta ha de ser siempre fresca y cortada en trozos muy pequeños. Puede comer melón, manzana, arándano, mango, mandarina, fresa y granada, entre otras.
Respecto a la dosis recomendada, la ninfa puede comer verdura a diario y fruta unas tres veces por semana. No obstante, cada caso es diferente y por ello siempre hay que consultarlo con el veterinario antes de introducir un alimento en su dieta o de suprimirlo.
Un extra de calcio
Al igual que ocurre con otras aves, la ninfa necesita limar su pico y uñas, y para ello nada mejor que situar un hueso de jibia en su jaula, que además le proporciona buenas dosis de calcio y fósforo. Todo ello ayuda a mejorar su densidad ósea.
Por otra parte, podemos darle a nuestra pequeña algunas golosinas siempre y cuando no nos excedamos y estas sean de alta calidad.