La importancia del contacto físico para tu perro

Si tienes un perro en casa, habrás notado que busca el contacto físico contigo frecuentemente. Y es que tus caricias le proporcionan muchos más beneficios de los que seguramente conozcas. ¿Quieres saber cuáles son? ¡Te sorprenderán!

El poder de la manada
Para estos animales el contacto físico es algo natural desde sus primeros minutos de vida. Lo primero que hacen al nacer es buscar el contacto con su madre, algo que tendrá una enorme relevancia durante el resto de su vida.

Esta necesidad de comunicación física no sólo está presente durante su etapa de cachorro. Con el paso del tiempo, el animal también buscará el contacto continuo con el resto de su manada.

Comportamiento instintivo
Este hábito tiene una explicación, y la encontramos en su instinto natural. En un entorno salvaje, las manadas de perros no sólo socializan y se muestran afecto mediante el contacto físico. También lo usan para protegerse del frío y de los posibles peligros.

En un ambiente doméstico los perros conservan este instinto, por lo que no es de extrañar que quieran mantenerse continuamente a tu lado. Tú eres un miembro oficial de su manada, así te ve él, y por tanto siente la necesidad de estar contigo.

Beneficios para ambos
Como podrás imaginar, el contacto físico tiene innumerables beneficios para tu perro. Para empezar, reduce su estrés y le aporta una intensa sensación de bienestar. Además, fortalece el vínculo sentimental con los suyos.

Estas caricias y mimos también son positivas para ti y, curiosamente, te ofrecen beneficios similares. Según los estudios, acariciar a nuestras mascotas disminuye la presión arterial, alivia el estrés, fortalece el sistema cardiovascular y mejora nuestras habilidades sociales.

‘Escucha’ a tu perro
Cada can es diferente y no todos disfrutan con el mismo tipo de contacto. Por ejemplo, algunos prefieren simplemente tumbarse a nuestro lado sin que les acariciemos, mientras a otros les entusiasman nuestros masajes.

Por ello es importante que dediques tiempo a conocer bien a tu perro e identificar las señales que te manda. Comprender su lenguaje corporal es clave para ello.

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