La magnífica vista y otros datos increíbles sobre el caballito de mar

El hipocampo o caballito de mar es uno de los animales más queridos por niños y adultos. Su grácil aspecto, unido a su inofensiva forma de vida y a sus hábitos tan inusuales en otros peces, le convierten en un ser fascinante. Si quieres saber más sobre este llamativo animal, sigue leyendo.

No tiene estómago
El caballito de mar no tiene dientes ni estómago, y aun así, es un feroz depredador. Gracias a la forma de su hocico puede comer hasta 3000 camarones de salmuera o artemias al día. Al carecer de estómago, necesita ingerir una desorbitada cantidad de comida para mantener los nutrientes en su organismo.

Gran agudeza visual
Este pequeño tiene otra extraordinaria cualidad que le ayuda a cazar. Puede mover los ojos independientemente, por lo que detecta a sus presas con una gran facilidad.

El macho da a luz
Es una de sus mayores rarezas y probablemente la más conocida de todas. En esta especie es el macho el que se queda embarazado, pues la hembra deposita los ovocitos en el caco ventral del macho, donde los espermatozoides los fecundan. Así, el macho incuba los huevos hasta que se abren y nacen las crías.

Es una táctica para aumentar su descendencia. De esta manera, mientras el macho incuba, la hembra puede dedicarse a crear nuevos ovocitos, que introduce de nuevo en el macho poco después del ‘parto’.

Cambia de color
El hipocampo es un experto en camuflaje, pues puede cambiar el color de su piel para confundirse con el entorno y así despistar a los depredadores. Es su única estrategia de defensa, que también usa para cazar sin ser visto. También puede adquirir otros tonos durante la fase de cortejo.

‘Huellas dactilares’ en la cabeza
Este pequeño pez tiene unas protuberancias en la cabeza denominadas coronas. Son únicas y diferentes en cada ejemplar, algo así como nuestras huellas dactilares.

Una rápida aleta dorsal
El hipocampo posee una aleta dorsal muy rápida, que aletea entre 30 y 70 veces por segundo. Paradójicamente, es uno de los animales más lentos del planeta, nadando a una velocidad de 1,5 metros por hora.

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