Se llama Rambo, vive con su mamá humana en Florida y le encanta leer, montar en moto y disfrazarse. Si ya de por sí suena raro en un perro o en un gato, imagínate si se trata… ¡de un cocodrilo!
Su historia
Todo comenzó hace 11 años, cuando Mary Thorn encontró a este pequeño reptil junto con otros ejemplares dentro de un recipiente de plástico en pésimas condiciones. Sólo él consiguió sobrevivir, así que lejos de devolverlo a su hábitat natural, decidió adoptarlo como mascota.
La mascota perfecta
Desde entonces se han vuelto inseparables y por increíble que parezca, Rambo se comporta como cualquier otra mascota. “Es muy cariñoso, le encanta estar cerca de la gente”, explica su dueña.
En su página de Facebook, Mary comparte fotos de Rambo de lo más divertidas: disfrazado de Papá Noel, montando en moto, leyendo, en la oficina… En todas ellas se ve al animal muy tranquilo y relajado, como si estuviera disfrutando del momento.
Tal es el cariño de Mary hacia su mascota, que no duda en besarle y achucharle, como vemos en el siguiente video.
En el punto de mira
Sin embargo, no todo han sido buenos momentos, porque a raíz de la publicación de su caso, la Comisión de Conservación de Peces y Vida Silvestre de Florida decidió investigarle para decidir si el animal vivía en condiciones aptas para su especie o si debía ser trasladado a su hábitat natural.
Mary no lo dudó ni un segundo e inició una campaña en Facebook para conseguir que se le permitiera seguir al lado de Rambo. Y parece que ha tenido éxito, porque el Estado de Florida le ha autorizado a quedárselo en casa.
Ante las críticas recibidas, la mujer asegura que no separó al cocodrilo de su hábitat, sino que lo rescató de una muerte segura. “En casa, Rambo juega con mis nietos y con mis perros, pero fuera se asusta de muchos ruidos, así que no puede vivir en el exterior. No ha aprendido a ser un cocodrilo normal porque nunca lo ha sido”, sentencia Mary.
Eso sí, al menos no recomienda tener uno de ellos como mascota.
