Las plantas dan un toque especial a la decoración del acuario. Además, los expertos las recomiendan porque proporcionan una fuente adicional de alimento a los peces, aportan oxígeno al agua, eliminan los desechos y evitan problemas de algas. Estas son las mejores plantas vivas para emular un entorno natural en la pecera:
Riccia fluitans
Una de las plantas más comunes y deseadas en el mundo de la acuariofilia es la riccia fluitans. Este vegetal es ideal para criar peces y sirve de refugio para los mismos. Además, su mantenimiento es sencillo: no requiere ni abono ni administrar dióxido de carbono. El ritmo de crecimiento de la riccia fluitans es rápido por lo que para mantenerla en perfecto estado se debe podar regularmente.
Anubia
Esta planta es muy resistente y la puedes encontrar en una gran variedad de formas: de hojas anchas, delgadas, largas o cortas. La principal característica de la anubia es su lento crecimiento, tarda entre ocho y nueve meses en desarrollarse. Aunque es una planta de fácil mantenimiento y son muy tolerantes en cuanto a la calidad del agua, es importante mantener este vegetal con una iluminación no excesiva puesto que en su hábitat natural crece bajo la sombra de grandes árboles, puesto que es tanto terrestre como acuática.
Cabomba piauhyensis red
Conocida como cabomba roja, esta planta es muy vistosa gracias a su color rojo y a la forma de sus hojas. Sin embargo, este vegetal es muy exigente: requiere mucha iluminación y dióxido de carbono. Para ello, se le debe administrar un vatio de luz por cada litro de agua y abono rico en hierro y CO2.
Hemianthus callitrichoides
Si quieres crear un maravilloso paisaje acuático, la hemianthus callitrichoides es la mejor opción. Esta planta tapizante, conocida como ‘Cuba’ debido a su lugar de origen, es uno de los vegetales para acuarios más pequeños que existe, puesto que no supera los tres centímetros de longitud. A la hora de plantarla, deberás respetar una separación de dos centímetros.
Para que esta planta luzca sana debes proporcionar una buena iluminación, un aporte de dióxido de carbono y un sustrato nutritivo compuesto de hierro y nitratos.