La flor de Pascua es casi tan representativa de la Navidad como el turrón o los villancicos. Gracias a ello y a su belleza, no falta en nuestros hogares durante estas fechas tan señaladas. El problema es que, al introducirla en casa, podríamos estar poniendo en peligro a nuestro peludo. Te explicamos por qué.
Puro veneno
Para nosotros es una flor bella e inofensiva, pero para tu mascota puede ser un arma mortal. Esto es debido al líquido lechoso que circula por sus tallos y membranas y que presenta una alta toxicidad para la mayoría de los animales de compañía.
El simple contacto con la piel o los ojos es realmente perjudicial para los gatos, perros, conejos y roedores. Puede generar en ellos graves irritaciones cutáneas. Su ingesta, por otro lado, causa envenenamiento.
Síntomas de intoxicación
Como decíamos, el roce con esta flor puede causar diversas reacciones, como enrojecimiento y llagas en la piel, secreciones oculares, conjuntivitis, dermatitis y fuertes picores.
Este problema es aún mucho más grave cuando el animal lame o ingiere parte de esta planta. El envenenamiento se manifiesta a través de síntomas como vómitos, diarreas, hipersalivación, temblores, inapetencia, dolor abdominal y malestar general.
Ante cualquiera de estas señales debes acudir inmediatamente a una clínica veterinaria. No hay que perder el tiempo, ya que la garganta o laringe del animal podría inflamarse de un momento a otro, lo que provocaría su ahogamiento.
Tratamiento
La gravedad de la situación depende en gran parte de la cantidad que la mascota haya ingerido. El experto es quien debe determinar qué medicación administrar e incluso realizar un lavado de estómago si es necesario. Si actúas rápidamente, se recuperará por completo en poco tiempo.
Cómo evitarlo
Todo esto no quiere decir que no puedas decorar tu casa con una flor de Pascua si tienes mascota. Sólo has de situarla en un lugar inaccesible para tu animal de compañía.
En el caso de los gatos es más difícil, ya que con sus saltos alcanzan fácilmente a casi todos los rincones. Por ello es importante que le supervises en todo momento y no le dejes a solas con la planta. Recuerda que prevenir es mejor que curar.