Son las grandes enemigas de nuestros peludos y los insectos más odiados por todos los que amamos a los animales. Por eso conviene desmentir algunos mitos extendidos erróneamente y que pueden provocar que no actuemos correctamente si nuestro perro los sufre.
No mueren en invierno
Una de las creencias más populares relacionadas con estos parásitos es la idea de que mueren al llegar al invierno y por lo tanto, los perros no pueden verse afectados en esta época del año.
Esta afirmación es falsa, ya que las garrapatas están presentes durante todo el año, si bien es cierto que en los meses de frío se esconden en grietas o rincones y es más difícil verlas. Por eso nuestro peludo debe estar protegido siempre para evitar disgustos.
No son peligrosas para los humanos
Las garrapatas también pueden transmitir enfermedades a las personas, por eso al proteger a nuestra mascota estamos previniendo que nosotros mismos podamos tener problemas de salud.
Se desprenden con el calor
Otro mito muy extendido es el que asegura que para desprender la garrapata de la piel de un perro hay que acercar una fuente de calor, como la mecha de una cerilla o un mechero. Además de inútil, es algo muy peligroso para el animal. El calor no sirve en este caso, por eso hay que acudir inmediatamente a un veterinario o extraer el insecto con unas pinzas.
Si la cabeza se separa del cuerpo ya no transmiten enfermedades
Esta es otra creencia falsa que puede ser peligrosa para nuestra mascota. Las garrapatas pueden transmitir enfermedades aunque su cabeza se separe del cuerpo al ser extraída manualmente.
Esto se debe a que su aparato bucal puede permanecer en la piel, provocando una gran inflamación. Por eso nunca se deben extraer con las manos, sino que hay que acudir al veterinario para que las elimine de forma adecuada y sin riesgos para el animal.