En los parques, en las plazas, en mitad de la calle, encima de un banco… Las palomas están en todas partes, pero ¿alguna vez te has dado cuenta de que nunca se ven palomas pequeñas o recién nacidas? Tiene una explicación. Te contamos cuál es.
Su secreto
Las palomas domésticas tienen por costumbre anidar entre las grietas y escondrijos de los edificios, puesto que son los lugares más altos accesibles para ellas. Esta costumbre la han heredado de las palomas salvajes, que colocaban sus nidos en las grietas y recovecos de acantilados y montañas.
Las crías de paloma permanecen escondidas en estos lugares hasta los 25 o 30 días de nacer, que es precisamente cuando son capaces de sobrevivir por sí mismas.
https://youtu.be/uHlp7MRVw3U
Esta es la razón por la que no vemos palomas bebés. Una vez que salen a la calle ya tienen apariencia adulta. Tendríamos que visitar uno de estos nidos para verlas desde pequeñitas.
Trucos para identificarlas
Sin embargo, las palomas adolescentes sí que son fácilmente diferenciables. Estas tienen los ojos grisáceos hasta los primeros seis meses de vida que es cuando se convierten en adultas y sus ojos cambian a color naranja o rojo.
