Peces sin ojos: el oscuro tesoro del fondo marino

Lo que no sirva, a la basura. Este dicho que tanto hemos oído de boca de nuestras madres parece que no es único de los seres humanos. De hecho, se aplica a una especie de peces que carece de ojos porque no los necesita. ¿Quieres saber cómo es posible? ¡Sigue leyendo!

Totalmente ciegos
El pez luciérnaga es una especie que habita en las cuevas submarinas de Cuba, las Bahamas y las Islas Galápagos. Se trata de unos animales con una capacidad de adaptación asombrosa, capaces de cambiar su fisiología en pocos años.

Y es que debido a que estos peces viven en la más absoluta oscuridad de las profundidades y a su progresiva pérdida de visión, han dejado de desarrollar globos oculares. Lejos de ser un drama, es algo que responde al sentido común.

Su herramienta: el tacto
Los peces luciérnaga no necesitan los ojos, puesto que basan su forma de vida en el tacto. Tanto es así que pueden detectar el mínimo movimiento producido por las larvas acuáticas en el agua.

A pesar de su extraña apariencia al carecer de ojos, estos peces son poco agresivos y se alimentan de insectos y larvas.

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