El aspecto de nuestro perro nos aporta valiosa información sobre su estado de salud. Desde el brillo de su pelo hasta el color de sus encías, las señales físicas son importantes reflejos del funcionamiento de su organismo. En esta ocasión nos centramos en la pérdida de peso, su significado y sus posibles causas.
Parásitos intestinales
El adelgazamiento es un síntoma clásico de la presencia de parásitos en el intestino. Estos acarrean trastornos en el sistema digestivo como vómitos, diarreas, alteraciones en la piel, obstrucciones intestinales y pérdida repentina de peso.
Enfermedad hepática
Cuando el hígado no funciona correctamente, el perro no es capaz de absorber bien los nutrientes de los alimentos. La inapetencia y la pérdida de peso son síntomas de este problema, que a menudo vienen acompañados de vómitos y diarreas.
Insuficiencia renal
Si tu perro mantiene su apetito habitual e incluso lo incrementa, pero aun así adelgaza notablemente, puede que sufra insuficiencia renal. Al perder proteínas a través de la orina, el can adelgaza rápidamente e incluso se reduce su masa muscular. El exceso de sed y el aumento de la micción son otros posibles síntomas.
Intolerancia alimentaria
La alergia e intolerancia a algunos alimentos impiden al peludo asimilar correctamente los nutrientes, lo que se traduce en una pérdida de peso repentina o progresiva. Para diagnosticar esta afección es necesario realizar un análisis de sangre y otro de heces, además de las pruebas que el veterinario considere oportunas.
Diabetes
Esta enfermedad del sistema endocrino provoca una disminución de la insulina, lo que desemboca en cambios de peso (aumento o pérdida), sed desmedida, micciones frecuentes, debilidad muscular y letargo. Su tratamiento requiere medicación y una dieta especial.
Hipertiroidismo
Esta enfermedad tiene lugar cuando la tiroides produce un nivel elevado de hormonas tiroideas. Los síntomas son problemas gastrointestinales, hiperactividad, cambios en su comportamiento y pérdida de peso.
Cáncer
Algunos tipos de cáncer provocan la falta de apetito y problemas gastrointestinales, entre otros síntomas. Todo ello conlleva una importante reducción de peso y requiere tratamiento oncológico.
Estrés
Al igual que nos ocurre a los seres humanos, los perros pueden reaccionar ante el estrés comiendo demasiado o perdiendo el apetito. Antes de decantarse por esta posibilidad, hay que destacar cualquier problema físico mediante pruebas veterinarias.