Cómo tratar el glaucoma en el gato

Seres humanos y animales compartimos un buen número de trastornos de salud. Es el caso del glaucoma, una patología que deteriora el globo ocular hasta ocasionar la pérdida completa de la visión, entre otros síntomas. En esta ocasión nos centramos en cómo puede afectar este problema a nuestro gato.

¿Qué es el glaucoma felino?
El glaucoma es una enfermedad que aparece a causa de una producción excesiva de líquido intraocular, lo que a su vez genera una degeneración progresiva del nervio óptico y de la retina. Todo ello desemboca en una ceguera parcial o total, además de otros síntomas como un fuerte dolor en la zona.

Puede ser de varios tipos, dependiendo de su origen. Por ejemplo, a veces el glaucoma se desarrolla por causas genéticas, mientras que otras veces una lesión externa (un golpe, un arañazo…) es la gran culpable.

Síntomas principales
Detectar esta enfermedad de forma temprana es algo complicado, ya que durante sus primeras etapas no presenta ningún síntoma. Aunque todo comienza con una reducción de la visión, no vemos señales en el felino hasta pasado un tiempo.

En la mayoría de los casos, solemos advertir el problema en el momento en que el minino se choca con obstáculos y se tambalea al caminar. Asimismo, se producen reacciones como mareos, cefaleas, vómitos, aislamiento y falta de coordinación.

El signo más visible se manifiesta en el propio ojo u ojos, ya que el glaucoma puede atacar sólo a uno o a los dos. El globo ocular presenta una destacable tonalidad azulada o grisácea, un aspecto borroso y una fuerte dilatación de la pupila.

Tratamiento
Ante cualquier mínima señal debemos acudir al veterinario. Según el estado de la enfermedad, determinará un tratamiento u otro. Uno de los más comunes es aplicar un colirio para equilibrar la producción de líquido intraocular. También es común el uso de analgésicos y antiinflamatorios para aliviar el dolor.

En los casos más extremos, el especialista tiene que recurrir a la cirugía. A veces el diagnóstico llega tarde y la enfermedad ya ha afectado gravemente al nervio óptico. Habría que extirpar, por tanto, el globo ocular. El drenaje también es un método frecuente.

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